Una historia de amor que se hizo rogar y que terminó conquistando a una toda industria.
Javier Bardem (1969, Las Palmas de Gran Canaria) y Penélope Cruz (1974, Alcobendas), la pareja de oro española, llevan casi 20 años juntos. Dos de nuestros actores más reconocidos a nivel internacional dejaron que la química que surgió desde sus primeras películas juntos se transformaran en una relación duradera, una familia y un amor que ha resistido las trampas de Hollywood.
Mientras Bardem está de estreno por su última película ‘F1’, junto a Brad Pitt –en la que interpreta a un propietario de una escudería que está al borde de la ruina, que trata de recuperar a su antiguo amigo y conductor anclado en las glorias del pasado–, el actor se ha abierto en una entrevista en ‘The New York Times’ sobre su faceta más íntima: la de padre.
Una química inevitable
No es fácil mantener una relación en una industria marcada por la fama, la intensidad y los constantes viajes. Lo vemos cada dos por tres en parejas que se declaran amor eterno y terminan odiándose de la noche a la mañana. Que dos actores compartan química en pantalla es relativamente común; que esa chispa continúe fuera de los focos y se convierta en un vínculo sólido, es otra historia.
Cruz y Bardem se conocieron en ‘Jamón jamón’ (1992), la película de Bigas Luna, ella tenía 17 y él 21 años, pero no fue hasta el rodaje de ‘Vicky, Cristina, Barcelona’ (2008) que se dejaron llevar definitivamente y comenzaron una relación. En 2010 se casaron y 15 años después pueden presumir de seguir siendo una familia feliz junto a sus dos hijos Leo de 14 años y Luna de 11.
Su papel más complejo
Disfrutaron de una larga relación juntos y del despegue de su carrera, hasta que decidieron al fin formar una familia. Tener hijos “surgió de forma natural”, según declara Bardem en la entrevista para ‘The New York Times’, sin embargo apunta, “nunca sentí que tuviera que hacerlo. Y gracias a Dios sucedió. Es increíble cómo no recuerdo mi vida antes de tener hijos”
Ambos actores retrasaron la idea de ser padres hasta que surgió, según indica el actor, “como una necesidad de crear algo hermoso”. Al final lo hicieron como un plan perfecto y salió todo bien, al menos hasta el embarazo, otra cosa fue después, ya que la actriz ha desvelado en alguna ocasión que sufrió una depresión posparto que lo convirtió en una etapa complicada para ambos. “El embarazo no fue tan malo. Fue la depresión de después. Ella no era capaz de manifestarlo y era tan nueva para ella”, releva el actor y continúa explicando, “desafortunadamente, no pude obtener la dimensión de lo que era. Pero más tarde, lo hice. Es una mujer increíble, valiente, fuerte y hermosa”.
Con el tiempo, la pareja ha aprendido a compaginar su carrera internacional con una vida familiar estable y discreta. Una relación que no tuvo prisa en empezar pero con tantas casualidades que parecía destinada a ocurrir.